miércoles, 1 de agosto de 2012

Capítulo 18

Traición. ¿Como ha podido? Él nunca ha estado enamorado de ella. Solo era una estrategia para que ella se lo creyera y confiara en él. Y ella claro que lo ha hecho, pero ahora él está dispuesto a entregarla; a sentenciar su muerte.
Cato y Clove le siguen mirando a los ojos.
- Muy bien Enamorado. ¿Puedes encontrarla? -pregunta Clove que ahora sonríe maliciosamente.
- Sí. Sé como son sus trampas y su forma de luchar y sé cual es su territorio de caza.
Clove y Cato se miran. Cato baja la espada y los dos se alejan unos metros. Marvel continúa agarrando a Peeta y Glimmer se queda con él. Por mucho que los 4 estén en el mismo bando, se nota quienes mandan.
- ¿Qué hacemos? ¿Tú te lo crees? -le pregunta Clove a Cato.
- No lo sé. Pero es la única manera que tenemos de dar con ella.
- ¿Pero en serio crees que nos dirá donde encontrarla?
- De momento le aceptamos, pero en el momento en que vea que nos la está jugando, le mataré.
Clove asiente y vuelven junto a los otros. Los 4 se miran y Glimmer y Marvel asienten a la vez. ¿Lo han entendido? Parece que sí, porque Marvel suelta a Peeta y le da un empujón hacia adelante.
- ¡Vamos! -grita Cato- ¡Estamos perdiendo el tiempo! Llevanos hasta tu chica en llamas enamorado -ordena con una sonrisa maliciosa antes de que los profesionales vuelvan a emprender la marcha con las armas preparadas de nuevo.
Observo como se adentran sigilosamente en el bosque otra vez, caminando entre los frondosos árboles e iluminándose con la luz de las antorchas.

Los ojos se me empiezan a cerrar. Anoche no dormí nada con la preocupación del inicio de los Juegos y hoy llevo todo el día en la plaza mirando la gran pantalla. Aunque intento evitarlo por miedo a que mientras duermo ocurra algo, el cansancio acaba apoderándose de mí y finalmente consigo esas ansiadas horas de sueño que tanta falta me hacían.
Unas horas después me despierto a causa de la sed. Me levanto del sofá y me dirijo a la cocina. Cojo una botella de agua que llevo de nuevo al salón. Me siento y compruebo que no ha habido novedades mientras bebo. Dejo la botella a un lado y me vuelvo a tumbar, dispuesto a volver a dormirme, pero un ruido procedente de la pantalla me llama la atención. Es la chica del Distrito 8 encendiendo un fuego. ¿¡Se puede saber que hace!? ¿¡Como se le ocurre encender un fuego!? Y menos a estas horas de la noche en las que las llamas alertaran a cualquier tributo de cualquier parte de la arena. Si, vale, hace mucho frío, y no todos tienen la suerte de contar con un saco de dormir para protegerse, ¡pero están en los Juegos del Hambre! ¡Hay que apretar los dientes y aguantar hasta el alba!
La cámara enfoca a las ramas de un árbol que hay a unos metros de la chica y veo que se distingue una silueta apenas perceptible. Las cámaras intentan enfocarle la cara pero la oscuridad y las ramas lo impiden, aunque creo que se de quién se trata. Cuando Claudius y Caesar anuncian que la tributo que se encuentra en el árbol es Katniss, sé que estoy en lo cierto.

Todavía está oscuro, aunque se puede apreciar que el amanecer se acerca, cuando los profesionales se acercan a la zona en la que está la chica del 8. No me extraña que la hayan encontrado, porque esas llamas iluminan la arena entera.
Los 5 tributos salen de entre los arbustos y rodean a la chica que los mira con gran pánico en su mirada. Se tiran sobre ella, aunque Peeta se queda allí de pie sin saber que hacer y con una mezcla de miedo y desesperación reflejándose en su cara. Cato agarra con fuerza su espada y la sostiene sobre la chica con esa mirada asesina que se puede apreciar en sus ojos. La chica suplica y se retuerce bajo los brazos que la aprisionan con fuerza y la impiden escapar. Cada vez chilla más fuerte, hasta que Cato clava con fuerza su espada en el pecho de la joven haciendo que los gritos de esta cesen, no sin antes exclamar un último alarido de dolor. Su voz se ha apagado para siempre.

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